Formada por una gran plataforma de piedra ideal para tumbarse al sol. Esta precipita al mar en un pequeño desnivel por el que hay que estudiar la forma más idónea de bajar al mar (y de subir después) si no hay oleaje. Esta pequeña incomodidad, a la que se suma el tener que ganarse el lugar con una pequeña caminata, otorga un carácter exclusivo del reducto que se ofrece a quienes paguen ese "peaje" de acceso.

Aparece en muchos listados sobre lugares nudistas, aunque no había ninguna indicación, ni de nudismo ni de textilismo, simplemente es un lugar salvaje y libre sin ninguna demarcación.

Es la opción de refresco perfecta si se hace la ruta senderista litoral, haciendo nudismo en Playa del Torres (si se dan las condiciones), Cala Fonda y Racó del Conill.

No está verificada por ANVA, es decir, no se ha podido constatar que se practique nudismo, pero dado que es un lugar alejado de núcleos urbanos y de caminos o senderos, es propicia para el nudismo. La vez que se bajó a la cala, con objeto de verificarla, estaba solitaria. Por supuesto, nos dimos un baño desnudos que disfrutamos enormemente. Aguas limpias, espacio para extender la toalla y tomar un relajante baño de sol, exclusividad y ese aroma a monte mediterráneo que impregna esta pequeña cala la convirtieron en una gran experiencia.

A fecha abril de 2022, se nos indica que el uso nudista consolidado existe, aunque la evolución de los últimos años lo está modificando. El efecto de la pandemia ha traído mucha gente a este paraje, hasta hace poco escasamente frecuentado.

Esta pequeña cala pétrea se sitúa entre Playa del Torres y Racó del Conil, más o menos a media distancia. Se puede divisar en la ruta de montaña (Colada de a Costa) que bordea el litoral entre los dos puntos indicados.