Una luz entre tinieblas

Cuando el 18 de Enero de 2021, la mujer con la que había dedicado mi vida dio el último suspiro, me encontré solo, a pesar de los dos maravillosos hijos que teníamos y que eran fantásticos, pero ellos, ya mayores, tenían que hacer su vida como es lógico.

Los seis meses siguientes fueron devastadores. Estaba muerto en vida. El hueco dejado por la ausencia de mi maravillosa esposa era demasiado para mí. Tenía que hacer algo con mi vida. No podía seguir paseando y llorando. Así que decidí que ese verano tenía que ir a algún sitio, pero no podía ir a un sitio que hubiera ido con ella porque sería seguir igual, y reserve cuatro días en un camping nudista: Sierra Natura.

El día que llegué descargué el coche vestido y acabé sudando, mientras veía a la gente bañándose desnuda en la piscina. Pensé: ¿Sería capaz de hacerlo? Cuando ya tenía la casita con todas las cosas, llegaba el momento, había venido a un camping nudista, así que me quité la ropa, cogí la toalla completamente desnudo y me dirigí a la piscina. Pensaba que todo el mundo me miraría, pero no, era uno más de la familia.

 

 

Los días siguientes fueron increíbles. La sensación de libertad y la grandiosidad de la naturaleza reflejada en mi cuerpo y en el de todas esas maravillosas personas, unido a la fantástica sociabilidad de las personas que estaban allí dieron una esperanza a mi vida.
Cuando llegó el día de mi marcha, cargué el coche completamente desnudo, mientras pensaba que era el camino que necesitaba seguir. Quería ser nudista para siempre. Mientras me vestía para devolver las llaves me sentía triste. No miraba la ropa de la misma forma que cuando llegué.

Nada más regresar, me apunté a una asociación naturista donde he encontrado a más personas maravillosas que han afianzado ese camino que había decidido seguir, además de otras personas maravillosas que han comprendido y respetado mi decisión.


Cuando me preguntan hoy en día, cómo llevo la ausencia de mi mujer, siempre respondo que he pasado por dos etapas: una en que la echaba mucho de menos y no quería seguir viviendo, y otra (la actual) en que la echo mucho de menos, pero quiero seguir disfrutando de la vida por el camino del naturismo.

Estoy seguro de que ella, desde el cielo, apoya mi decisión, porque si hubiera sido al revés, yo hubiera querido que ella rehiciera su vida de la forma que más feliz hubiera sido.


Juan Ángel (socio de ANVA).
Fotos: Sierra Natura. Enguera (Valencia)
Alcossebre (Castellón)