El sábado 29 de noviembre dormimos en unas casas de madera preciosas en un cámping de l’Albir. El tiempo no acompañaba y no pudimos hacer las excursiones previstas, pero la compañía era muy agradable y lo pasamos muy bien. Tanto es así que repetiremos el mes que viene.
El domingo disfrutamos de una excelente comida en un hotel de 4 estrellas, subvencionada por ANVA. Por la tarde, spa naturista, también subvencionado por ANVA. ¡Qué delicia esos chorros de agua! ¡Y la sauna! ¡Y el pequeño aperitivo al terminar!
Dos simpatizantes que acudieron al evento se asociaron en el acto. Un socio reciente que aún no nos conocía exclamó: «¡Nunca había visto tanta amabilidad!» Y es que eso es una de las cosas que te ofrecemos en ANVA: calidad humana de primera clase.